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martes, 1 de abril de 2014

BMW i3 eléctrico enchufable


Hace ya más de dos años que BMW anunciaba una nueva submarca centrada en la movilidad sostenible, BMW i. Hoy es ya una realidad. El primer eléctrico de BMW ya está aquí con nosotros y viene para quedarse.

El BMW i3 es un claro ejemplo de que los coches ecológicos también pueden ser premium y de calidad y, al mismo tiempo, de que los coches premium no tiene por qué ir en contra de la sostenibilidad.

El BMW i3 no es un eléctrico al uso, tampoco es un BMW tal y como los conocemos. Es algo nuevo, un concepto diferente que busca, diferenciarse del resto de eléctricos por pequeños detalles. Y en el que BMW ha invertido gran cantidad de esfuerzo y dinero. ¿La principal diferencia con respecto a otros? Es un coche eléctrico diseñado desde cero, es decir, no es una variante eléctrica de otro modelo de la marca, sino el fruto de mucho trabajo y esfuerzo a partir de una hoja en blanco.

El BMW i3 es un eléctrico de casi cuatro metros de largo, con plazas para cuatro ocupantes, maletero de 260 litros, un motor eléctrico de 170 CV y 250 Nm que envía su fuerza a las ruedas traseras, un conjunto de baterías de ión-litio que permite una autonomía de hasta 200 kilómetros y un atractivo interior que cuenta con materiales ecológicos y reciclados, para cumplir con lo ecológico tanto fuera como dentro del coche.

BMW ofrece también una variante de autonomía extendida que monta un pequeño motor bicilíndrico de 645 centímetros cúbicos y 34 CV (con depósito de 9 litros de gasolina) que actúa como un generador para recargar las baterías y aumenta la autonomía aproximadamente 100 kilómetros adicionales. En cualquier caso, el encargado principal de poner en movimiento ha esta obra de arte es el motor eléctrico.

Consciente de que muchos clientes necesitan de forma ocasional una autonomía algo mayor que los 300 kilómetros de la variante que más distancia puede recorrer. BMW ofrece la posibilidad de prestar al cliente un vehículo con motor de combustión para realizar un viaje, un imprevisto, todo aquello que suponga más autonomía de la que nos ofrece el BMW i3.

El BMW i3 se puede cargar en un enchufe doméstico (ocho horas 100% de carga), en una toma de recarga rápida (80% de carga en media hora) o bien a través de los llamados WallBox, unos módulos especiales que se instalan en casa. Hay dos modelos de módulos diferentes. El primero con un precio 795 euros y rebaja el tiempo de carga 100% a cinco horas, mientras que el segundo el WallBox Pro, llegará bien entrado 2014 y promete una recarga completa en tan sólo tres horas. La disponibilidad de estos módulos depende de cada país o zona, y es BMW quien se encarga de la instalación, del mantenimiento y del asesoramiento.

El BMW i3 cuenta con mucha tecnología, desde control de crucero adaptativo (en opción) o sistema pre-colisión hasta navegador con diseñador de rutas. Como novedad muy interesante, la aplicación para smartphone (iOs y Android) que nos permite ver el estado de la carga en tiempo real, la autonomía disponible e incluso localizar el vehículo, así como cerrarlo remotamente, por si dudamos de haberlo cerrado, o hacer sonar el claxon, para facilitar la “labor de búsqueda” en un aparcamiento. Quien no le ha dejado el coche al padre o la madre y cuando se lo ha devuelto no le ha dicho donde lo ha aparcado, situaciones que con el BMW i3 no se repetirán. Te lo pedirán hasta los vecinos. Pero ya lo tendrás siempre localizado.

Si nos fijamos nos damos cuenta de que este i3 no es un BMW al uso. Luce contornos azules en los logotipos del frontal y la trasera, un distintivo especial e-Drive en la zaga y unos neumáticos muy poco habituales, de llantas de 19 pulgadas e inusualmente estrechos para ser un BMW, en dimensiones 155/70 R19. Aún así, es más que suficiente para un comportamiento muy satisfactorio si queremos algo más radical tendremos que ponerle otros neumáticos.

A nivel interior destaca por un diseño de aire futurista, que bien podría ser el de un prototipo más que el de un coche de producción. Incorpora materiales reciclados, fibras naturales, madera, e incluso se ofrece una tapicería de lana. En general resulta un concepto realmente curioso.

La ausencia de montante central hace que, al abrir las puertas, veamos el interior del vehículo al completo. Las pequeñas puertas traseras, que hay que abrir las dos a la vez para poder abrir estas, se abren al contrario que las delanteras y permiten un acceso más cómodo a la parte trasera. El interior es amplio para cuatro ocupantes. Una vez dentro destaca la elevada posición de los asientos. Lo que para algunos es una ventaja, con una mejor visibilidad, para otros no es la postura de conducción más agradable del mundo. Eso sí, hay una razón de fuerza para ello: las baterías van situadas bajo el suelo del vehículo.

Como todos los eléctricos, es un vehículo muy silencioso, aunque sí se escucha ligeramente algo de rumorosidad proveniente del motor o la transmisión. El aislamiento es bueno, lo que aporta comodidad de marcha, a lo que contribuye también una suspensión que absorbe sin problema las muchas irregularidades del terreno y afronta baches o badenes con suavidad. Además, la maniobrabilidad en ciudad es muy buena, para eso esta diseñado este coche sobre todo.

Como bien sabéis, los motores eléctricos generan su par máximo desde las cero revoluciones, por lo que la inmediatez de la entrega de potencia es absoluta. En el caso del BMW i3, el potente motor permite unas aceleraciones muy buenas y, sobre todo, recuperaciones de escándalo. Acelera de 80 a 120 km/h en únicamente 4 segundos, misma marca que consigue un BMW M3. Si esto os parece una pasada imaginaros el 0-100 km/h en tan solo 7,2 segundos, muy cerca de modelos pequeños pero muy deportivos como el VW Polo GTI (6,9) o el Ford Fiesta ST (6,9).

El i3 está limitado a 150 km/h, aunque un modelo concebido como urbano, ni siquiera necesita alcanzar tal velocidad. Además, sorprende la rapidez con que alcanza velocidades de autovía. A diferencia de otros eléctricos de menor potencia, que a partir de 80 ó 90 km/h pierden algo de fuelle, a éste no le cuesta trabajo coger velocidades elevadas lo que es de agradecer.

Resulta muy curioso en un principio lo mucho que retiene el motor. Al hacer uso del sistema de regeneración de energía en deceleraciones, con sólo soltar el pedal del acelerador el coche decelera hasta detenerse. Al principio necesitamos acostumbrarnos, pero después es realmente cómodo puesto que, para ciudad, prácticamente no necesitamos usar el pedal del freno. Cogiéndole el punto al acelerador y sabiendo cuándo soltarlo para conseguir la frenada deseada sólo tendremos que usar el freno para situaciones de emergencia.

A pesar de ser un vehículo de propulsión trasera, no se muestra juguetón. Si queremos buscarle las cosquillas tendremos que ser muy bruscos para hacer deslizar el eje trasero. El bajo centro de gravedad y el reparto equitativo de pesos entre ejes hacen del i3 un coche equilibrado.

La autonomía que declara BMW en un uso normal es bastante fiel a la realidad. En modo Comfort podemos hacer entre 130 y 150 kilómetros con una carga completa, aunque la cifra se reduce si salimos del ámbito urbano o hacemos un uso constante de su capacidad de aceleración. Eso sí, en los modos Eco Pro y Eco Pro+, podremos incluso rozar esos 200 kilómetros teóricos de autonomía, siempre y cuando llevemos una conducción eficiente.

Si queréis un i3 para vosotros o os apetece saber más de este "pequeñito" os dejamos el enlace a la pagina oficial de BMW, donde podréis conocer un poco más a vuestro, para algunos, futuro medio sostenible de transporte. BMW oficial page.





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